Introducción:
Todo empezó gracias a un sentimiento de insatisfacción y tristeza que llevaba tiempo consumiéndome. Un jueves por la noche antes de dormir, le supliqué a Dios que me ayudara, que me pusiera en los momentos adecuados, frente a las personas correctas, que me diera las herramientas y la capacidad de comprender las pistas para saber qué pasos seguir. En ese instante, en lugar de dormir, decidà abrir el cajón de mi cómoda para escribir y tratar de plasmar en papel un poco de lo que sentÃa, con la esperanza de que, si lo sacaba de mÃ, tal vez poco a poco se fuera desvaneciendo ese sentimiento, y yo fuera encontrando luz y solución. Ese viejo diario es lo que hoy tienes aquà entre tus manos. Ese diario es hoy las cartas que nunca te di…
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